¿Alguna vez te has preguntado desde donde se escriben los libros?. Me refiero a aquel libro que tanto te gustó. Seguramente no era tan maravilloso como el libro que leíste, me refiero al lugar. Yo ahora escribo desde un lugar de ensueño con lluvia incluida, viendo el mar de fondo y apenas distinguiéndose del cielo. El día, el lugar y el momento, los que me llevan a escribir este maravilloso post.

Existen lugares donde regalan amor, donde regalan caricias, donde regalan abrazos a cambio de nada. Donde te olvidas de todo. Algo parecido a un buen reseteo. Como si volviera a nacer, como si empezara de nuevo que no volvería a por nadie en mi nave del tiempo. Y es que, no hay nada como un buen viaje, y si quieres con el doble sentido. He pensado y hablado conmigo misma, y he llegado a una conclusión, no solo el tiempo es el que te ayuda a olvidarte de las cosas, creo que tiene aún más fuerza hacer cosas que te gustan, que te encantan o apasionan, porque las haces con amor. Algo que me encanta por ejemplo, es dejar fluir las cosas, dejar que las cosas sucedan, solo tienes que cerrar los ojos y dejar que la vida te coja de la mano, y sobre todo confiar en ella, y otra cosa que me encanta es cambiar de tema, dar giros, porque de eso se trata, de girar y girar.

Entonces, giro y hablo de Irina Shayk. Sí, me he acordado bastante de ella estos últimos meses, de aquella famosa frase que decía sobre que se sentía fea cuando estaba con Ronaldo. A mi esto me traumatiza. Porque si esta pava se siente fea entonces, ¿como coño nos sentimos las demás?.Y es que, a mi me ha llegado a ocurrir algo parecido, mirarte al espejo y decir -¡hostias! y entonces sabes que algo no va bien porque a Irina le pasaba lo mismo. Yo imagino que estar con un tío así tan tan tan presumido y arrogante debe ser un coñazo, y es que no sentirse deseada es bastante jodido. Y lo único que te queda es bailar desnuda en frente del espejo mientras escuchas música clásica por ejemplo, y te amas porque bailas de la leche. A mi me hubiera gustado hablar con Irina y contarle que he descubierto en éste viaje el Pais de las Maravillas, que nada más entrar hay un viejo con un bastón que te pregunta qué te ha traído aquí, y entonces tu respondes -no lo sé, el viento me ha traído aquí porque ¿busco respuestas?, y entonces el viejo se ríe y te da un disfraz de Alicia con zapatos incluido pero a mi no me valen y prefiero ir descalza como Remedios Amaya en Eurovisión. Y allí estaba él, apenas dí unos pasos cuando me encontré con una de las personas con más magia que conozco, guapo, amable y cariñoso, su misión es darte calor porque ahora hace frío. Y entonces te abre una bonita puerta de color blanco donde te espera el experimentador, alguien que te cuenta sus vivencias y todo lo que ha aprendido en sus últimos años y entonces te limitas a escucharle y cuando acaba piensas en lo poco que has vivido y sin apenas despedirte te reencuentras con tu soledad sentada en una piedra esperando a que llegaras. Mi fiel amiga Soledad, con la que mantuve varias conversaciones mientras mirábamos al horizonte. Como se suele decir, la vida es un viaje y todos aquellos que pasan por tu vida, absolutamente todos tienen algo que enseñarte. Todos son personajes de nuestro País de las Maravillas.

Por cierto, no puedo olvidarme de aquel camarero que me atendió en el vagón cafetería del tren de vuelta 😦 , éste hombre me habló super mal. Y entonces le pregunté si le pasaba algo, que a mi no debe hablarme así, que no debe pagar sus cosas con las personas que vamos a pedirle un bocata porque pienso pagar, joderrrrrr, menudo tío raro. Pensé que me pegaba cuando le pedí el bocata de jamón y después le dije que mejor que no, que prefería patatas pero que esperase porque las patatas engordan que flipas así que mejor una ensalada con una coca cola, o mejor cerve, cerve si, -¿tiene mahou? ¿se puede pagar con tarjeta? -NO (cara de asesino) – Pues entonces nada, gracias.

El caso es, que a mi vuelta estoy dandole vueltas a eso de irme fuera, porque tengo el destino solo me faltan los huevos.

FELIZ DÍA!