
A veces creo que al final de una vida alguien te dice las liadas o errores que has cometido. Como si fuera un reality. ¿Te imaginas ser el producto de un reality y nosotros sin saberlo?. Como si hubiera una Mercedes Milá al final pero con pintas de extraterrestre, que se siente contigo en un sillón con un plasma enorme mostrándote tus fallos o dándote la enhorabuena en algo bueno que hiciste. Recorriendo desde tu infancia hasta ese instante en el que te nominaron. ¡No es coña! pues no me he pensado a veces de situaciones o personas que creía que me engañaban y he acabado pensando -ya me enteraré de todo el cotarro.
Al final de todo ahí estará Mercedes Milá revisando tu vida, y esta es tu infancia. ¿Por qué eras tan machorro?, ¿es que es algo que nunca entendimos de verdad?. Y tu cara de asombro porque no sabes de quien coño habla, ¿entendimos?, ¿cuántos sois?, ¿somos un producto?.
Tu concurso no está mal. Aunque te ha faltado paciencia. Ibas muy rápido en todo y por ello tropezaste muchas veces. Bien, repasemos tu adolescencia – ¡si que te ha gustado mucho ir de flor en flor!. Edredoning tarde, bueno, no de las adelantadas, no está mal. Seguimos, por favor compañeros, la imagen de cuando tenia 35 años. ¿Y aquí escribiendo un post en tu blog sobre nosotros? ¡cambia ahora mismo de rumbo que aburres al personal!, ¡hombreee por favoooor!, ¡hablar de tu final en tu vida llena de luz! ¡cambia inmediatamente de tema!
-¡voy, voy!
Hola, tengo 35 años, y ahora soy ama de casa, creo que en algún momento proyecté esta imagen y se debió cumplir. Aún me cuesta, pero ¡no está mal joder!. Me levanto, desayuno, me hago un moño y entonces limpio toda la casa mientras canto una copla. Sacudo las sábanas por las ventanas abiertas de par en par saludando a las vecinas del patio interior. Y me pasa algo curioso, cada vez que saco la cabeza por la ventana me sale acento andaluz – Susanaaa!!! ayyy qué vé que alfombra mas fea tieneeee hihaaaaa! – pá fea tús sábanas que están amarillas – ¡anda yaaaaa, si las lavo con perlannn!. Susana, es la soltera del edificio, se dedica a acostarse con hombres a cambio de dinero, cuando me lo contó, pensé – ¡hostias que lista!. La conocí en la cola del Lidl. Le presté dinero porque justo en ese mismo instante se había dado cuenta de que había perdido el monedero – ¡toma! yo te lo presto que se donde vives 😉 – ¡ahh! ¡vaya gracias! ¡que maja!. El caso es que desde ese día, hace ya 13 meses que nos conocemos. Susana, vive en el piso heredado de su abuela y como a mí, no nos gusta nada éste lugar, así que le echamos imaginación para que parezca otro. Ella dice que esto es como vivir en un barrio de New York, un barrio ochentero de la gran manzana. Que somos Carrie Bradshaw y Samantha. La gente en este lugar se ha quedado estancada en los ochenta. Los letreros de las tiendas o bares son de aquella época. La generación de los 30 a los 40 está extinguida. ¿Que habrá pasado?, supongo que Mercedes Milá me lo explicará todo.
Esto de sentirse fuera de lugar no mola nada. Pero como dice una de mis sabias amigas, convierte lo negativo a positivo, ¡inténtalo!. Veamos, voy a pensar y enumerar las cosas negativas y las paso a positivas.
1- Este pueblo es muy feo / pero los hay peores
2- La gente es muy mayor / me siento joven
3- La gente es muy antigua / me siento moderna
4- No hay magia / la pongo yo
5- No hay atardeceres bonitos/ me pongo el youtube
6- No hay cafeterias o bares chic / cafeterias y bares original vintage
¡Oyeeee! ¡Voy a ponerme ahora mismo de Carrie Bradshaw, que nos vamos Susana y yo a la fashion week!, que dice que ya no quiere ser «puti», que quiere ser modelo de pasarela. Veremos a ver a quien convence a sus 39 años y metro sesenta y cinco de altura. Y es que yo apuesto porque desfila fijo, dice que tiene un plan, miedo me da … ¡Rezaré un Mercedes Milá nuestro!