
Anoche fui a un pequeño evento de una presentación de la nueva campaña de una conocida firma de joyas. Manu, mi amigo, había organizado este evento en una prestigiosa discoteca de Madrid así que yo fui de acompañante. Pensó que sería buena idea llevarme al evento porque soy muy parlanchina y acabo hablando con la mujer que está en la puerta de los baños para controlar el acceso.
Rosita se llama. Cordobesa, de 59 años. Viuda y con ganas de conocer mundo. Llevaba uniforme de limpiadora con una chapita que indicaba su nombre “Rosa Maria Cano”, –hija con esta vestimenta que me ponen es imposible que alguien se fije en mi. Llevaba razón. Los uniformes de algunas empresas son poco elegantes. ¡Joder!, ¡hay que tener un poquito de tacto con las personas que lo llevan!. ¡Y más con Rosita!
-Isabel, ven un segundo. Manu me llamaba. Quería presentarme a un par de amigos suyos. –Hola, ¿qué tal?. Me llamo Victor -¡Me suena tu cara!, exclamé. – ¿Te gusta el porno? -¿Perdona?. – Es que soy actor porno. – ¡Ah! (silencio durante 10 segundos exactamente). ¡Entonces no te conozco de nada!. Pensé que me estaba vacilando, pero fue muy serio. Tengo que decir que este tío no me sonaba de nada… Creo que me sonrojé demasiado porque me duró hasta que llegue a casa. ¿Qué hacía un actor porno aquí?. Quería preguntarle pero mejor no. No vaya ser que me suelte alguna. Que yo con estas cosas me acabo cortando y quizás contestara que lleva una joyita en sus partes. Que esta frase tiene varias interpretaciones.
Me encantan estos sitios. Todo el mundo hace un papel. Actúan como si sus movimientos y gestos fueran a cámara lenta para parecer elegantes. Te tocas el pelo y sobre todo muy importante, debes llevarte el pelo siempre detrás de la oreja y que quede ahí. Es algo que hay que hacer durante todo el evento si quieres ser una de ellas. Yo lo hacía hasta que me llevé un poco de paté y se quedó pegado en mi pelo. Siempre falla algo.
Comienza la presentación con el vídeo de campaña de la firma. Dura unos tres minutos y medio. Al finalizar, todo el mundo aplaude dirigiendo los aplausos al actor porno. No entiendo nada. Vaya, vaya con el polifacético actor. Resulta que es el director de la firma de joyas. ¿Y cómo ha llegado éste hasta ahí?. Quizá se diera cuenta que iba por el camino equivocado. Mi mente no paraba de presentarme imágenes de este pavo fornicando. ¡Qué horror!. Me despedí de Manu y por supuesto de Rosita. Minuto y medio de montarme en el taxi y cuando ya casi las imágenes pornográficas habían desaparecido de mi mente, recibí el siguiente whatsapp: – ¿Te ha gustado la presentación?. ¿Qué profesión te gusta más Isabel?. Me quedo con la que tú quieras si me dejas que te invite a cenar.
No sabía qué cara poner. Dudé entre la carita sonrojada o la de ojos saltones. Pero me equivoqué y salió la que tira un beso en forma de corazón. Supongo que será el destino. Así que, esta historia se merece segunda parte. Quizá me sorprenda y me cuente que su ilusión era ser ASTRONAUTA. Quién sabe…